Pueblo construido en torno a la Estación Internacional
de Ferrocarril, inaugurada en 1928. Sobre ella se alza el fuerte de Coll de
Ladrones, que junto a la torreta de Fusilería de la carretera forman un curioso
conjunto de arquitectura militar del siglo XIX.
La
estación es una notable construcción modernista, declarada Bien de Interés
Cultural, que muestra la importancia que tuvo como nudo de comunicaciones.
Combina materiales de la época (cristal, hierro, cemento), en un grupo de edificios entre los que destaca el de pasajeros, un suntuoso
espacio decorado en estilo Art Decó, con pilastras, ventanales y madera
tallada.
Cerrada la línea en Francia en 1970, inició una época de
deterioro, hasta que en 2006 se iniciaron los trabajos de rehabilitación para
uso turístico, en los que participan destacados arquitectos.
También está catalogada como BIC la iglesia parroquial de Nuestra Señora del
Pilar, obra del arquitecto Miguel Fisac, consagrada en 1969. Se trata de un
edificio que destaca por su integración en el paisaje pirenaico, combinando
técnicas de construcción tradicionales e innovadoras, a la vez que por su carga
simbólica y espiritual.
Además
de ofrecer interesantes rutas a pie (Canal Roya, Izas, Rioseta), Canfranc da
acceso a las estaciones de esquí de Candanchú y Astún.